Todo sobre el henequén
El henequén también conocido como sisal es fibra cruda de laplanta de henequén.Las largas hojas de la planta se remojan para ablandarlas y se secan para recolectar la fibra que se usa principalmente para producir cuerdas o sacos, pero también se puede usar de muchas otras maneras. El henequén siempre había tenido éxito, pero la producción se disparó durante la presidencia de Porfirio Díaz de 1876 a 1919. Durante el Porfiriato, México atrajo más inversión directa estadounidense que cualquier otro país del mundo.[1] El desarrollo de nuevas tecnologías se convirtió en un factor que condujo a la explotación masiva de la planta de henequén en la Península de Yucatán hacia Estados Unidos y Europa.
Por lo tanto, con el gran auge de la producción, Yucatán se convirtió en uno de los estados más ricos de la época.
La producción de henequén condujo a un período de prosperidad en Yucatán, tanto que la planta se convirtió en el “oro verde”. Yucatán se volvió ideal para la producción en masa de la planta de henequén porque la planta no requiere mucha agua ni cuidados y crece bien en el ambiente hostil de Yucatán. Pasan cinco o más años desde que se planta la planta de henequén hasta que las hojas están listas para la producción. Las haciendas y plantaciones cobraron mucha importancia durante el Porfiriato del siglo XVIII y el siglo XIX en Yucatán porque se utilizaban para producir grandes cantidades de fardos de henequén.
Para 1915, durante el apogeo de Yucatán, provines envió más de 1.200.000 pacas de henequén fuera de Yucatán a los Estados Unidos. Los números llegaron a ser tan altos que casi el 70 por ciento de toda la tierra cultivada en Yucatán se dedicó a la producción de henequén.[2] El puerto de sisal adquirió una gran importancia para Yucatán porque llegó a ser muy valioso en el transporte de fardos desde diferentes puertos del mundo. Debido a la gran demanda, los propietarios de las haciendas exigían largas horas a los trabajadores campesinos pobres. Los trabajadores no solo tenían condiciones de trabajo horribles, sino que literalmente no ganaban dinero. Los propietarios de las haciendas producían su propia moneda, lo que limitaba a los trabajadores y los dejaba con enormes deudas que muchos no podían pagar ni siquiera en vida.
La producción de henequén tuvo efectos negativos y positivos en Yucatán y su gente y se ha convertido
una parte importante de su historia.